La misión de un fotógrafo de bodas, para mí, es testificar todo aquello que acontece intentando inmiscuirse lo menos posible en estos momentos de nervios, ilusiones y sentimientos sin que se conviertan en un protocolo cerrado a la espontaneidad. Considero que ya hay demasiadas etiquetas colocadas en un día como éste como para que el fotógrafo lo haga más enrevesado, cerrándolo a la libre confluencia de lo que busco: la realidad del momento sin artificios.
Ser testigo en la sombra de uno de los días más importantes en la vida de las parejas que han confiado en mí para tal tarea es, considero, un gran honor, y pensar que mis imágenes de ése día les acompañarán probablemente toda la vida me hace reflexionar sobre la importancia de que fluya libremente la naturalidad entre todos los presentes.
Éstos son algunos de los momentos de los que más he disfrutado haciendo fotografía de boda y haciendo que esas fotografías quedasen como un testimonio de lo que se vivió, procurando mostrar detalles de cada instante y hacer que éstos hagan revivirlos con más intensidad si cabe.
Ser testigo en la sombra de uno de los días más importantes en la vida de las parejas que han confiado en mí para tal tarea es, considero, un gran honor, y pensar que mis imágenes de ése día les acompañarán probablemente toda la vida me hace reflexionar sobre la importancia de que fluya libremente la naturalidad entre todos los presentes.
Éstos son algunos de los momentos de los que más he disfrutado haciendo fotografía de boda y haciendo que esas fotografías quedasen como un testimonio de lo que se vivió, procurando mostrar detalles de cada instante y hacer que éstos hagan revivirlos con más intensidad si cabe.
Comentarios
0 comentarios:
Publicar un comentario